martes, 28 de febrero de 2012

Una mañana de resaca

Voy a contaros algo que a muchos os va a poner verdes de la envidia....Y lo cuento con valentía, aun sabiendo que tengo muchas posibilidades de que me pase ésto. Pero, ¿quién dijo miedo?

El sábado pasado, a sus casi siete meses de vida, mi canijo número dos nos dio su primera mala noche... El pobre anda con un noséqué que quéséyo, que hizo que se despertara varias veces sin coger el sueño de nuevo y teniéndonos de jarana toda la madrugada.

Dada mi falta de entrenamiento en esas situaciones, el domingo por la mañana estaba como si me hubiera pegado el fiestorro de mi vida con conga y daikiris incluídos: no acertaba con nada. A ésto tenemos que unir que el mayor se había rebozado de caca hasta más allá de las trancas y que, dado el diazo que hacía, teníamos prisa por irnos a la calle cuanto antes.

Pues ahí estaba yo, con mi resaca y mis prisas,  poniendo el abrigo al pequeño, cuando el grande, muerto de la risa, grita y grita sin parar ¡PISPIES! ¡PISPIES! ¡PISPIES!
¿Está llamando al gato? ¿Es un nuevo juego dominguero? ¿Quiere crispis? 

Nooooooo: ¡¡¡HABÍA OLVIDADO PONERLE PAÑAL!!! y el pis, lógicamente, le caía hasta los pies....
Muy gráfico el canijo, verdad?

Consecuencias: Aumento de mi autoconcepto de malamadre y proyecto de tatuarme en lugar visible: "vísteme despacio que tenemos prisa"...
 



lunes, 20 de febrero de 2012

Stupidity is in the air...

Llevo unos días que vivo sin vivir en mí... es que veo la estupidez humana flotando en el aire como si  se tratara de confeti. O el mundo está lleno de gilipollas, o los pocos que hay me persiguen. El caso es que vaya donde vaya... los encuentro, o mejor dicho, me encuentran a mí.

Caso número 1. El vestuario de la piscina.
Hay una zona para niños que ya se valen por sí mismos y otra para niños pequeñitos y bebés, a los que no puedes vestir aún de pie. Esta segunda zona es minúscula, estamos como sardinas en lata, pegaditas las mamás unas a otras y encima con los nenes mojados y escurridizos... vamos, que secarles y vestirles y hacerlo sin que se deslicen y descalabren es una habilidad que deberíamos incluir en Linkedin... Bueno, pues el sábado aparece  la típica yosoymáslistaquenadie, la petarda de turno que se pone con el niño de nueve añazos a cambiarle donde los bebés, como si fuera un bebé y ocupando el sitio de... tres bebés.
Y las demás echándonos miraditas pero sin decir nada.. ¿por educación? ¿porque somos tontas? Quizás una mezcla de ambas.

Caso número 2. Si sólo es una preguntita...
Minutos más tarde. Misma piscina. Mostrador de información. Espero pacientemente mi turno para que me atiendan y poder hacer una consulta. Si, habéis leído bien: Quiero hacer una consulta. O lo que viene a ser lo mismo, quiero preguntar una cosa. Una preguntita, vamos. 
Bueno, pues aquí aparece la estrella invitada: la segundamáslistaquenadie. Justo cuando me toca a mí, ella mete la cabeza estirándola como hacía E.T. y se cuela vilmente. Cuando le digo que me tocaba a mí, ella responde sin pudor: Pero si es sólo una preguntita...   Ggggrrrrrr....Noto cómo empiezo a tener pequeños tics en el ojo...

Caso número 3. Yo para qué voy a hacerlo bien...
La convivencia entre vecinos con perros y vecinos sin perros es un tema peliagudo. Pues más peliagudo es, si cabe, el momento vecinos (cívicos) con perros y vecinos (incívicos) con perros. Nosotros estamos, obviamente, en el primer grupo, es decir, sólo soltamos a nuestros perros en sitios y horas a las que está permitido, recogemos sus cacas, nos molestamos en educarles y corregirles cuando hacen algo mal... lo normal, vamos.
¿Normal? Define normal.
Tengo un vecino (no cívico) especialista en llevar a su perro (no civilizado) suelto por la acera cuando todos conocemos su agresividad. ¿Crees que funciona decirle algo? Pues funciona para que te lleves gratis y sin pedirlo, un inútil calentón...
Tengo una vecina (no cívica y además idiota) que deja a su perra (no civilizada y bastante pachorra) que entre en la zona infantil del parque. Al recriminárselo contesta (y aquí hay que poner tono como de Duquesa de Alba), "ya la estoy llamandoooooo..."   Tú sigues firme, y ella.... "es que le cuestaaaaa..."

Caso número 4. Y encima cachondeíto.
Estamos esperando en un paso de peatones. Es de día. No hay niebla. Estamos perfectamente visibles. No en vano estoy yo misma, un megacarrito de bebé de un rojo que daña la vista, un niño subido en un patín, un marido y dos perros. Notaría nuestra presencia hasta el mismísimo Stevei Wonder. Pues no, los conductores que pasan NO NOS VEN... Increíble, ¿verdad?
Bueno, miento, creo que dos sí nos ven ya que aprovechan para sin detenerse, por supuesto, saludarnos sonrientes... ¡qué encantos!

 ¿Y qué hacer en estos casos? Tienes el método del longuis, mirar hacia otro lado y hacer como que no has visto nada... éste me funciona los días que he dormido bien, los lunes no. Otra técnica es la Obi-Wan Kenobi, entras en modo Zen y explicas a los jóvenes padawan por qué hay que atar a los perros o esperar tu turno en la cola... Ésta no me funciona casi nunca, tendría que llevar encima un chute enorme de optimismo y amor por la Humanidad y eso rara vez me pasa. Ya ni os hablo de la fórmula Osoamoroso... "pobre, si es que llevaba prisa", "uy, no se ha debido dar cuenta"... Yo esa ni la he catado.

Lo que estaría genial es un sistema que reprendiera de forma inmediata a quien comete esas acciones. Una especia de colleja automática, o mejor aún, como dice mi amiga Paqui, una buena torta, plaf, así, con la mano abierta.... Pero como ya sabemos que la inversión en I+D+I no es nuestro fuerte y no van a patentar el invento, al menos de momento, me conformaré con la técnica ancestral del "me cabreo toa toa por dentro y refunfuño hasta echar la bilis, pero a la hora de la verdad, aguantando que es gerundio, y a estar más espabilada la próxima vez".

viernes, 17 de febrero de 2012

La ilusión de las pequeñas cosas...

Y no me refiero a una pequeña mansión, un pequeño yate o una pequeña cartera de acciones, que ya os veo venir. No, me refiero a las pequeñas cosas cotidinas, las que a cualquiera le parecen menudencias, y sin embargo para mí son el secreto de la felicidad.

Yo antes pensaba que lo que me hacía feliz era contratar un fantástico viaje, un buen fiestorro el sábado, o aspirar a un puesto con un sueldazo y mucha responsabilidad... No sé si son los años o que va a ser verdad que la maternidad trastorna, el caso es que ahora necesito mucho menos para sentirme satisfecha.

Me basta con un rato de risa floja en el trabajo, de esa que no puedes parar, ni esconder, y que aumenta de forma directamente proporcional a la importancia de la reunión en la que estás, o ver a mi peque echar una meadita en el orinal ahora que está aprendiendo,  o hasta un cupón del carrefour... (si, lo sé, tienen poco glamour, qué le voy a hacer, es que soy una chica de barrio)...  Os parecerá increíble pero a veces, una simple imagen me puede alegrar toda la tarde.... bueeeno... de acueeerdo... reconozco que a veces también fantaseo con tener una casa con jardín, o una asistenta de esas megachachis que te dejan la casa más limpia que el mismísimo Mister Propper y encima preparan la cena... está bieeeen.... lo admito.... a veces inlcuso juego al euromillón...  Que sea una chica de felicidad fácil no significa que sea tonta, ni aunque sea rubia... Pero ahora en serio, por lo general, los momentitos cotidianos son los que me llenan de ilusión.

Aquí os dejo un video al que he llegado por casualidad. No soy yo muy de manuales de autoayuda, la verdad, pero éste me ha parecido mono.




Y a seguir echando la primitiva, a llenarla de pequeñas crucecitas de felicidad...

jueves, 16 de febrero de 2012

Ya soy moderni ...

Ea, pues por si ya tuviera pocas cosas en las que perder el tiempo, ahí va una más: Twitter.

Desde ayer soy oficialmente una twittera, twitteadora, twittonta? como se diga: @blogdelcaos. Adelante, sois todos bienvenidos.

Y ahora, a contar 140, que yo con el rollo que tengo... no sé, no sé... #serécapaz?


martes, 14 de febrero de 2012

Feliz Día de los Enamorados

Si estás enamorado, y encima eres de los que lo celebra...¡¡Felicidades!!

lunes, 13 de febrero de 2012

No es fácil hacer la croqueta...

Parece fácil, pero no lo es.

Y si no, que se lo digan a mi canijo canijo, es decir, al pequeño. Ha aprendido a darse la vuelta y quedarse boca abajo, pero aún no sabe girarse nuevamente, vamos, que sabe hacer la semicroqueta. Cuando en mitad de la noche acudes en su auxilio, te lo encuentras con la cabecita levantada, mirando hacia el infinito con los ojillos llorosos y suplicantes, y las manos regordetas haciendo fuerza Hulk para sujetar su peso...

Consecuencias para él: sensación de querer-y-no-poder = desesperación.
Consecuencias para sus padres, usease, nosotros= susto de muerte + estallido de oídos por los berridos que lanza. Nuestro grito de guerra: Yavoyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!!!!!
Consecuencias para su hermano = ninguna. Cada noche entra en modo: "habla-chucho-que-no-te-escucho", esa suerte que tiene.

martes, 7 de febrero de 2012

Lucha mañanera...

o de cómo convencer a un niño de dos años de que no puede ir en pijama al cole.


El canijo estrenó pijama anoche. Nuevecito. Precioso. De Toy Story: Woody, Buzz Lightyear y el dinosaurio Rex... vamos, lo más de lo más. No se me ocurre nada más molón.

Grave error. Lo he comprendido esta mañana cuando me ha costado diosyayuda quitarle algo tan tan chulo y fardón para ponerle el aburrido y monótono chandal del cole... Se aferraba al pijama como tú agarrarías un billete de 500... Me temo que nos encontramos ante un futuro Titocervera en su momento "no-a-la-tala"... no quiero ni pensar en que le de por defender algún tipo de causa...que ya me veo en el Leroy Merlin comprando  alicates para cortar las cadenas!




lunes, 6 de febrero de 2012

Un cumpleaños de los de verdad

El sábado celebramos el cumple de mi canijo número uno. Era su primer cumple de verdad ya que el año pasado él fue el único asistene niño, y claro, no hay color.

Toda la semana anterior fue una locura de compras y preparativos. No voy a contaros de nuevo (aunque me siento tentada ya que me encanta el tema) que no ando precisamente sobrada de tiempo. Pero bueno, cuando algo apetece se sacan horas de donde no las hay, eso es cierto. 

El del sábado fue un cumple de verdad, con gusanitos, ganchitos y muchas guarrerías. También hubo globos, gorros y guirnaldas (cuántas "ges", mira tú), platos de Mickey, sandwiches, velas que se soplan varias veces... vamos, un Completo. Por no faltar, no faltó ni el niño "descalabrao", que no hay cumple que se precie en el que no se piñe alguien.

Así es como recuerdo yo mis mejores cumpleaños, con niños gritando y corriendo por toda la casa y siempre uno con una herida de guerra de premio...Claro que lo que no recordaba yo tan nítidamente era el momento post-cumpleaños. Ese momento en que cierras la puerta al último invitado (sabes que ha sido un éxito cuando son las tantas y la gente aún sigue con ganas de jarana), te das la vuelta y ves... ¿tu casa? En realidad tu casa es lo que hay debajo de todo ese desorden y suciedad.  Pegotitos en la alfombra, vasos usados, migas por doquier y todo fuera de su sitio, que está todo tan revuelto que no encuentras ni al perro...

Y si creéis que soy una exagerada, juzgad por vosotros mismos cómo quedó uno de los cuartos:


Mi madre siempre dice (hale, otra frasecita de madre que añado a mi lista), sarna con gusto no pica... Picar no sé si pica, cansar, seguro que cansa... pero molar, lo que es molar de verdad... ¡Mola mogollón!



sábado, 4 de febrero de 2012

La fauna del súper

Me gustaría poder escribir algo ingenioso o incluso, por qué no ser ambiciosa, algo desternillante sobre el momento-compra-en-el-súper pero me temo que no voy a ser capaz. Cuando pienso en esa ingrata tarea sólo me sale la vena borde. Y es que el súper es una jungla llena de animales varios, algunos bichos, bastantes alimañas, y peligros, muchos peligros.

Yo siempre me topo con el que vengo a llamar, "el atocinao". Normalmente viene a ser un marido mortalmente aburrido, aferrado a la barra del carrito como si alguien se lo fuera a robar, y situado en la zona del pasillo de mayor tránsito y estrechez. Vamos, donde más estorba. En ocasiones he visto algún especímen similar en formato adolescente. En estos casos, en lugar de agarrarse al carrito, suelen estar adheridos a algún aparato tecnológico, tipo iphone o similar. La apatía es evidente en ambos, y las pocas ganas de colaborar dejando paso, más evidentes todavía.

También me suelo encontrar, que mira que tengo mala suerte, con "la coladora profesional". Se te cuela cuándo y donde menos te lo esperas, da igual la cola de la frutería, que la de la caja... está detrás de ti y de pronto... ¡tachán! ¡Aparece delante! Si en algún momento reúnes el valor suficiente como para decirle algo (yo rara vez consigo semejante grado de valentía) te responde tan pancha que no, que ella ya estaba allí... Y tú, en un tremendo acto de fe, vas y te la crees. Eso, o te enzarzas en una batalla campal que tienes perdida de antemano... no olvides que ella es una profesional, y tú, pequeña mindundi, no eres más que una triste y honrada aficionada...

En la cola siempre hay un cestillo o carrito abandonado. Bueno, al menos no hay persona física que lo empuje, pero está ahí, haciéndose fuerte en su sitio de la fila. La dueña aparece en el último momento y se abre paso hasta él, excusándose con que se había dejado una cosa...¡una cosa! ¡y trae media tienda en las manos!

Si además es un súper de barrio, tienes asegurados mínimo diez minutos de charla con alguna vecina casi siempre ociosa y deseosa de gastar su tiempo libre ¿Qué pensará que haces cuando miras compulsivamente el reloj? ¿Rehabilitación de codo?

Necesitaría más tiempo para hablaros de "los rebaños", esos grupos compuestos por una mamá y su ruidosa e inquieta prole, o de los trabajadores del súper (algún día os contaré mis subrealistas experiencias con las trabajadoras del DIA, un saludo para ellas desde aquí) o de "las chachis", que van megamodernas y son capaces de hacer la compra con taconazos y hablando por el móvil...
 
Así que, amigos míos, a vosotros que sí tenéis sentido común y sensatez, os recomiendo la compra online, rápida y sin complicaciones, que la puedes hacer hasta en pijama, mira tú... Yo por mi parte seguiré disfrutando de los súper, que ya sabéis que a mí me va la marcha... y si no...¿de qué me iba a quejar?

jueves, 2 de febrero de 2012

Cómo saber si en tu empresa hay poco curro...

Cuando veas que la gente empieza a invertir tiempo en ideas como ésta...